La terapia con luz roja estimula las mitocondrias, las "centrales energéticas" de nuestras células, aumentando la producción de ATP, la principal fuente de energía celular. Este proceso mejora el metabolismo y la función celular en general.
La fotobiomodulación con luz roja y cercana al infrarrojo ha demostrado reducir la inflamación y el estrés oxidativo en los músculos, acelerando la recuperación post-ejercicio y disminuyendo el dolor muscular.
Exponerse a luz roja antes de dormir puede aumentar los niveles de melatonina, la hormona del sueño, mejorando la calidad del descanso y ayudando a regular el ritmo circadiano.
La terapia con luz roja estimula la producción de colágeno y elastina, mejorando la textura de la piel, reduciendo arrugas y promoviendo una apariencia más juvenil.