1. Elige el espacio adecuado
Coloca la lámpara a una distancia de entre 20 y 50 cm de la zona del cuerpo que deseas tratar. Puedes usarla sentado, acostado o mientras realizas tareas tranquilas como leer o meditar.
2. Enciende y configura tu sesión
Desde la pantalla táctil o el control remoto, selecciona:
Tipo de luz: roja, infrarroja o ambas
Intensidad: ajusta según tu sensibilidad o momento del día
Modo: continuo o pulsado (puedes elegir entre 0 y 100 Hz)
Recomendamos comenzar con intensidad media durante las primeras sesiones e ir ajustando según tu experiencia.
3. Tiempo recomendado por sesión
Para obtener resultados óptimos:
-Uso localizado (cara, articulaciones, abdomen): entre 10 y 15 minutos por área
-Uso general (cuerpo completo o rutina diaria): entre 20 y 30 minutos
Puedes usarla una o dos veces al día, preferiblemente en momentos clave como al despertar o antes de dormir.
4. Después de la sesión
No es necesario aplicar cremas o productos posteriores. La luz ya ha actuado a nivel celular. Bebe agua para apoyar el proceso de regeneración celular y, si lo deseas, complementa con tu rutina de descanso, ejercicio o suplementación.
5. Uso continuo como luz ambiental
Gracias a su bajo consumo y ausencia de parpadeo, puedes utilizarla como fuente de iluminación diaria en espacios como dormitorios, oficinas o gimnasios sin afectar tu factura eléctrica.